SUBASTA DE MAESTROS ANTIGUOS, CONTEMPORÁNEO Y ARTE COLONIAL
Lote 801:
Medidas: 80 x 45 x 27 cm. Conservando la mayor parte de su policromía original, de finos detalles en estofados, mitra y dorado, el arte del relicario, (palabra proveniente del latín reliquiae, ) se popularizó en Europa después de las Cruzadas, y fue a partir de el siglo XIII cuándo reliquias o recuerdos de los santos fueron expuestas para la veneración de los fieles. Estuvieron en uso con el nombre de encólpium ya en los primeros siglos de la Iglesia, aunque por entonces tenían carácter privado y se llevaban pendientes del cuello en forma de cajitas o de medallas con figuras e inscripciones. Constan ejemplares por lo menos del siglo iv y son célebres los que se hallan del siglo vi en el Tesoro de Monza, regalados por San Gregorio a la reina Teodolina. Entre ellos, se encuentran ciertas botellitas muy comunes en aquella época, que solo contenían algodón empapado en aceite bendecido o tomado de las lámparas que ardían junto al sepulcro de algún mártir. Para la veneración pública de las reliquias en aquellos primeros siglos bastaban los sepulcros y altares que las contenían. Pero desde el siglo ix empezaron a colocarse además sobre el altar relicarios en forma de cajas o arquetas. Esta forma de relicario continuó en los siglos posteriores hasta la época de arte ojival siendo preferidas las arquetas más o menos capaces y ricas, según la magnitud de las reliquias.