Gran Subasta de Navidad Alta Epoca Maestros Antiguos y Colonial
Lote 97:
Se adjunta informe de Don Ángel Rivera de las Heras. Doctor en Historia del Arte. Medidas: 152 x 90 x 52 sin peana, medidas con peana: 215 x 90 x 60 cm. La figura es exactamente el mismo modelo creado por el escultor gallego Gregorio Fernández a partir de que hiciera en 1617 para el convento vallisoletano de San Francisco, y que fue reproducido repetidamente, incluso en vida del maestro, por discípulos e imitadores. La Virgen está de pie, en posición frontal y estática, casi hierática, con el pie zquierdo adelantado. Presenta un rostro juvenil, con cuello cilíndrico y cabeza redondeada. Sobre la frente se disponen pequeños mechones de pelo, como en otras omaculadas autografas. Su larga y ondulada cabellera se divide en dos niveles, manteniendo la simetria: las guedeias frontales caen hasta los hombros, el resto se desiza por los hombros y la espalda hasta por debajo de la cintura. Mantiene las , manos unidas, en gesto orante. Viste túnica blanca, ceñida con cintillo, decorada con motivos botánicos mediante la técnica del estofado, y resaltada con cenefas en escotadura, bocamangas y fimbria. Se cubre con manto azul, orlado con una greca formada por roleos vegetales aplicados a punta de pincel, tachonado de estrellas doradas de siete puntas. Túnica y manto muestran plegados amplios, aristados y quebrados, marcando oquedades, especialmente en el tercio inferior; los de la parte posterior del manto se recogen, como es habitual, en un abullonamiento que parece prendido de un alfiler invisible. La figura asienta sobre el cuarto lunar y un cúmulo de nubes con un grupo formado por tres cabezas de angelitos alados, que, como la Virgen, tienen ojos de pasta vitrea, lo que parece un añadido posterior. Y va circundada por un halo con rayos dorados, rectos y flameados, en el que se despliega la siguiente inscripción: “TOTA PVLCHRA ES AMICA MEA / ET MACVLA NON EST IN TE” (Cf. Cantar de los Cantares 4, 7). La base, cúbica, es del siglo XVII, y está decorada con el anagrama de María, además de molduras doradas en su base y cornisa, y tarjas vegetales en los frentes. Conservación:el examen organoléptico permite afirmar que su estado de conservación es muy bueno, aunque se observan pequeños roces y desconchones de escasa importancia. Es una obra escultórica de extraordinaria calidad artística y plástica. No está documentada, pero puede ser atribuida a Gregorio Fernández (Sarria, Lugo, 1576-Valladolid, 1636), de cuyo taller saldria en el último periodo del artista, entre 1620 y 1636. Así lo evidencian su diseño compositivo, sus características formales y algunos detalles específicos de su ejecución. BIBLIOGRAFIA: Juan José Martin González, El escultor Gregorio Fernández, Madrid, 1980; Jesús Urrea, Cat. de la exp. Gregorio Fernández, 1576 – 1636, Madrid, 1999. Procedencia: importante colección particular española.