TESOROS DE AL-ANDALUS, MAESTROS ANTIGUOS Y ANTIGÜEDADES
Lot 172:
En madera de cedro, con incrustaciones de ébano y hueso tintado, medidas: 13 x 27,5 x 15 cm. Procedencia: colección particular, París, se adjunta permiso de Exportación.
La pieza que presentamos destaca por el empleo de la taracea, una técnica Andalusí característica de la Baja Edad Media Española como procedimiento ornamental para el mobiliario y los enseres domésticos. El término taracea, cuyo origen se encuentra en la palabra árabe tarsi (incrustación), tradicionalmente aplicada a la ornamentación de piezas de mobiliario con finos fragmentos de diferentes colores y texturas, así como con otros materiales como el hueso y el marfil.
Encontramos el origen de esta industria en Córdoba, durante el al-Andalus Omeya, no será hasta la época del sultanato nazarí, cuando su uso se popularice en ambientes nobles y cortesanos como procedimiento para ennoblecer objetos de las clases más pudientes.
Después de la toma de Granada, incluso con anterioridad a la conquista, encontramos piezas producidas con la misma influencia morisca. Como sinónimo suele emplearse la palabra castellana “marquetería”. Ya en época califal se encontraba activo en al-Andalus un excelente taller de ebanistería ubicado en la Córdoba omeya.
Una técnica que consiste en el encolado de pequeñas porciones prismáticas (triangulares y/o trapezoidales) de marfil o hueso –en color natural o teñidas, junto a pedacitos poligonales de maderas selectas, muchas veces de procedencia exótica (aloe, ébano, sándalo, boj, limonero…), a las que se agregaban en algunas ocasiones fragmentos de carey o nácar e incluso pequeñas puntas metálicas de plata o bronce. Para conseguir el color verde de las incrustaciones la técnica más utilizada fue el conseguirlo a base de compuestos de cobre impregnados en el hueso.
Incluso despés de la toma de Granada, artesanos moriscos regentaban talleres de taracea ubicados en lugares como Sevilla, Aragón o Cataluña. Estos maestros conversos se encargarían de mantener viva esta producción a lo largo de toda la Edad Moderna, exportándola incluso al Nuevo Continente. Destaca también el uso de la taracea desde el siglo XIV en talleres del norte de Italia, aplicada sobre piezas de marfil o hueso. Lejos de desaparecer, en los siglos XVIII y XIX la marquetería de tradición morisca adquirió una gran difusión en la Península, arraigando profundamente en la práctica artesanal del sur de España, de tal manera que aún hoy es posible adquirir en Granada tanto souvenirs modernos ejecutados en esta técnica como interpretaciones y reproducciones de mobiliario en marquetería emulando la maestría de los artesanos mudéjares.
Obras en comparación: Arqueta Nazarí en taracea, Instituto Valencia de Don Juan, Madrid, inv. nº 4862.
Bibliografía de referencia: “GALÁN, Marfiles medievales del Islam, p. 483” ; “S. CALVO CAPILLA, “Dos arquetas de taracea”, en I. G. BANGO TORVISO (coord.), Maravillas de la España medieval. Tesoro sagrado y monarquía, Valladolid, 2001, vol. I, p. 120, nº 36; Arte y culturas de al-Andalus, cat. nº 156”.
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