SUBASTA DE MAESTROS ANTIGUOS Y ARTE COLONIAL
Muy buen estado acorde con su antigüedad, sin golpes, faltas ni restañados. Con la Cruz de la Orden Dominica labrada en la base del conjunto. A sus pies, el perro dominico, que tiene su origen en la visión que tuvo la madre de Santo Domingo antes de que él naciera. En cierta ocasión ella soñó que un perro salía de su vientre con una antorcha encendida en la boca. Al despertar interpretó que Dios quería mostrarle algo y decidió peregrinar al monasterio de Santo Domingo de Silós para pedir su intercesión. Al poco tiempo ella quedó embarazada y entendió que el mensaje que Dios quería darle era que su criatura iba a encender el fuego de Jesucristo en el mundo por medio de la predicación. Agradecida con Santo Domingo de Silós decidió ponerle a su hijo el mismo nombre: Domingo. Resulta que Santo Domingo llamó a la orden que fundó Orden de Predicadores, pero todo el mundo la conoce como Dominicos. En latín se escribe Dominicanus que suena muy similar a Domini Canis (los perros del Señor). Por eso, hasta el día de hoy, los dominicos son apodados “Los Perros del Señor”. Medidas: 22 x 10 x 9 cm. Bibliografía de referencia: Vassallo, Jaqueline Rossely; De herejes y extranjeros: Portugueses en el Rio de la Plata (siglos XVII y XVIII); Universidade Federal de Viçosa; 2020; 261-280. Procedencia: importante colección particular gallega, España.
